Radio la Nueve 99.3 9 de Julio Corrientes
Hay fuerzas y ganas de revertir este deslucido presente en la Liga Profesional, pero también es cierto que el aire del vestuario de Boca se corta con cuchillo. Las caras de los jugadores, como la del propio Hugo Ibarra, reflejan intranquilidad. Y molestia. Por la falta de ideas y chispa ofensiva, por la expulsión infantil de Sebastián Villa y por una actitud de Darío Benedetto que cayó muy mal.
Horas después de la derrota 2-1 con Talleres en Córdoba, el Pipa fue protagonista de una foto que no tardó en hacerse viral en las redes sociales. Pulgar arriba y sonrisa, se lo ve en un popular boliche de Quilmes, en la zona sur del Gran Buenos Aires.
La imagen causó revuelo inmediato entre los hinchas, que le recriminaron su falta de compromiso con el club, y no tardó en llegar a los celulares de sus compañeros. Si bien el N°9 azul y oro no había sido convocado para el choque con la T, debido a que sigue cumpliendo las cuatro fechas de sanción tras el escándalo en el Trofeo de Campeones, su salida nocturna fue considerada inoportuna y alimentó el malestar general puertas adentro.
Al plantel y al cuerpo técnico no les gustó para nada que Benedetto se haya ido a bailar después de perder sin atenuantes en el Estadio Mario Alberto Kempes. Posiblemente haya habido un “tirón de orejas” del Negro para el delantero, que acumula varios capítulos polémicos desde su regreso pero hoy solo piensa en una cosa: seguir entrenándose para volver de la mejor manera en la quinta jornada contra Vélez en Liniers.
