Alberto resiste y reivindica las Paso

 

 

 

A través de Gabriela Cerruti, la Casa Rosada fijó su posición favorable a la realización de las Primarias como forma de definir las candidaturas para el año próximo. «El Gobierno cree que hay otros temas prioritarios», dijo.

El Gobierno nacional encabezado por Alberto Fernández le cerró ayer las puertas definitivamente al intento de algunos sectores de su propio frente interno de suspender las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso).
Ante la fuerte presión kirchnerista para que se cancelen las Paso en 2023, desde la Casa Rosada emitieron ayer una fuerte respuesta y se mostraron inflexibles. La portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, dijo que es «una buena ley» la que ya está vigente y aseveró, en cuanto a la discusión legislativa que implicaría este cambio electoral: «El Gobierno cree que hay otros temas prioritarios».
En el plano local, el referente del Partido Justicialista de Corrientes y ex legislador Rodolfo Martínez Llano, en los últimos días también se pronunció a favor de las Primarias. «Hay sectores del Frente de Todos que no quieren las elecciones Primarias. Creo que es la forma de ordenar los espacios internos de un partido político. Cambiar las reglas de juego ahora es poco serio», dijo en declaraciones radiales.
La vocera presidencial dijo que la de las Paso «es una buena ley que implica más democracia, más participación. Es una ley que acompañamos cuando fue votada y nos parece que en un momento en el cual muchos actores políticos están intentando generar situaciones antipolíticas o el descreimiento de la gente de la política; cuanto más discusión y participación haya, mejor es».
«El Gobierno cree que hay otros temas prioritarios», planteó Cerruti para dejar en claro que no hay voluntad del Presidente para hacer una modificación en las reglas electorales de cara al año próximo.
La portavoz dejó asentada esta postura durante la habitual rueda de prensa que realiza semanalmente. Pese a la ostensible diferencia que hay en esta materia en la alianza gobernante, sorpresivamente Cerruti describió el vínculo entre el Presidente, Cristina Kirchner, el diputado nacional Máximo Kirchner y Sergio Massa como «una gran familia», evitando precisar cómo está el diálogo en la cúpula del Ejecutivo, justo un día antes de que reaparezca la Vicepresidenta, quien participará hoy en un Congreso de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Después de que el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, dijera que intentaban «convencer» al presidente Alberto Fernández para suspender las Primarias porque esa era la voluntad de gobernadores e intendentes oficialistas, la portavoz aseveró ayer: «El Gobierno sostiene que hay una ley vigente, es una buena ley. El proceso de convocatoria a las Paso está en marcha porque es el año que viene».
Pese a que enfatizó en que esta situación finalmente la decidirá el Congreso, Cerruti envió un mensaje también hacia el Poder Legislativo en cuanto a las distintas iniciativas que deberían tratarse en este último año de gestión de Fernández. «Es el Congreso el que tiene que definir su agenda. El Gobierno cree que hay otros temas prioritarios», planteó la portavoz.
Entre esos «temas prioritarios», la portavoz aumentó la presión para que se trate el proyecto de renta inesperada, que fue ideado por el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, denostado por el kirchnerismo, con el fin de gravar las ganancias extraordinarias que obtuvieron determinadas empresas -sobre todo de energía, combustibles y commodities- como consecuencia de la guerra y la pandemia.
«El Gobierno lo ha enviado en junio, quiere que se discuta, está vigente en otros países. Es un tema que el Presidente habla con los líderes internacionales. Necesitamos que se apruebe porque significa mayores ingresos para el Estado, que pueden ser redistribuidos. Esta debería ser la agenda prioritaria en el Congreso», marcó Cerruti.
Incluso, consultada sobre cómo hará el oficialismo para conseguir los votos que le faltan para aprobar la iniciativa ante una oposición que insiste con que no votará nuevos impuestos, Cerruti dijo que esto no se vincula a gravar ganancias que las empresas consiguieron por invertir, sino que insistió con lo «extraordinario» de esas recaudaciones. «Los votos se discuten, se consiguen, y me imagino que otras fuerzas además del Frente de Todos deberían acompañar esta iniciativa», planteó.

MALEFICIOS
Y FAMILIA

Convencida de que el Gobierno va «en el sentido correcto» para lograr el año que viene un «descenso más fuerte» de la inflación, la vocera minimizó la posibilidad de que haya situaciones de conflictividad social para fin de año. «Diciembre puede ser un gran mes. Está el Mundial, los 40 años de democracia, las fiestas, no tenemos por qué poner maleficios sobre diciembre. Esperamos tener un gran diciembre y un buen inicio del verano», comentó la portavoz, que evitó precisar si se les otorgará un bono a los jubilados. «Los salarios y la jubilación están siempre ganándole a la inflación», aseveró, a la vez que remarcó: «Lo que llaman ajuste, nosotros lo llamamos orden fiscal».
Sorpresivo fue el momento en que Cerruti describió el vínculo entre el Presidente, Cristina Kirchner y el diputado nacional, Máximo Kirchner. «Una gran familia», se limitó a decir la portavoz, que evitó precisar cómo está el diálogo en la cúpula del Ejecutivo, justo un día antes de que reaparezca la Vicepresidenta, quien participará hoy en un Congreso de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Según aseguró, en el Gobierno están «preocupados y ocupados» sobre la seguridad de la ex mandataria después del atentado que sufrió el pasado 1 de septiembre.

Grietas
en el Gobierno

Los medios nacionales se hicieron eco de esta extraña situación que se produce en el Gobierno nacional, donde la Vicepresidenta y dos de sus principales ministros tienen una postura diferente a la del propio presidente, Alberto Fernández en relación a la posible cancelación de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso).
Entre otros puntos de análisis, el columnista político del diario La Nación, Jaime Rosemberg, escribió: «Ya está, no hay número para cambiar nada, no va a salir». La frase, terminante, salió muy cerca del presidente Alberto Fernández minutos después que la portavoz, Gabriela Cerruti, afirmara en conferencia de prensa que la normativa sobre las elecciones Primarias (Paso) «está vigente y es una buena ley» (ver crónica principal en esta página). Cerruti descartó de ese modo que el Jefe del Estado pueda ceder a la «sugerencia» de sectores del kirchnerismo y el massismo para armar una «mesa de diálogo» y discutir allí la continuidad del cronograma electoral vigente, que prevé las Paso para el 13 de agosto próximo.
Las declaraciones de Cerruti se suman a las del diputado Leandro Santoro, una de las espadas albertistas en la Cámara baja. «No van a alcanzar los números en el recinto para discutirlo, por lo cual la discusión es al pedo», afirmó el legislador en diálogo con el periodista Ramón Indart.
Cerca del Presidente interpretan que los números para dar el debate legislativo no están a pesar de las presiones del kirchnerismo y Sergio Massa por revisar las Paso. Cuentan entre los rechazos a una reforma electoral al puñado de votos de legisladores del Frente de Todos que tributan a la Casa Rosada (serían 10 sobre 118, aproximadamente), al bloque de Juntos por el Cambio, a los libertarios de Javier Milei y a la izquierda dura, que por distintas razones también se niegan a discutir modificaciones al cronograma electoral. «Y algunos de La Cámpora que quieren competir en sus distritos tampoco quieren», retrucó otro referente cercano a Fernández, que sueña con una eventual reelección.
Más allá de la intención del Presidente de incorporar a la discusión el proyecto de renta inesperada, enviado por el ex ministro de Economía Martín Guzmán y parado en el Congreso desde junio, las Paso generan hoy por hoy los principales cortocircuitos entre albertistas y la alianza táctica que hoy conforman el cristinismo y Massa, interesado en capitalizar una eventual mejora de la economía el año que viene y con una posición de oposición a las Paso que desempolvó en las últimas horas.
«El Presidente en todo caso tiene que llamar a la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición. No lo digo desde la cosa imperativa, lo digo desde la cosa inteligente. Hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas», consideró Massa hace dos días a El Destape, con un argumento parecido al que esgrimiera horas antes el ministro del Interior, Eduardo de Pedro.

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