Apenas pasado el impacto del anuncio de que no será candidato este año, Mauricio Macri dio otra muestra de que buscará conservar la centralidad en el PRO y encabezó un encuentro de la mesa bonaerense del partido, con el propósito de empezar a ordenar las internas, la oferta electoral y los armados en el principal distrito del país en relación con la disputa por la candidatura presidencial.
De entrada, Macri reclamó “generosidad” en el momento de la definición de las listas y remarcó la necesidad de bajar lo máximo posible el nivel de confrontación en la provincia de Buenos Aires. En esa línea, para evitar favorecer al Frente de Todos y que se complique el escenario en los 22 municipios en poder del PRO, el expresidente pidió que esos intendentes puedan colgar sus listas de todos los candidatos a presidente y a gobernador en caso de confirmarse la competencia en esas categorías.
Macri aseguró que esa mirada la compartía con María Eugenia Vidal, con el objetivo de que las pulseadas entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, con la exmandataria bonaerense también anotada en la carrera por llegar a la Casa Rosada, no generen conflictos que pudieran poner en riesgo esos distritos. También entre los aspirantes a suceder a Axel Kicillof. “No hay que dañar lo que ya tenemos construido”, indicó.
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